El trabajo de campo se basaba principalmente en la encuesta oral, pues se trataba de registrar con la máxima fidelidad los nombres, de la manera que son pronunciados por los informantes. Estos se seleccionaban, en consecuencia, entre gente nacida en la zona o con una larga presencia en ella, que empleaba el gallego habitualmente y que tenía un buen conocimiento del territorio.
Además de las características lingüísticas de cada topónimo (sobre todo, fonéticas y morfológicas) era preciso registrar las geográficas (localización y tipología).
Como apoyo de la anterior, se aprovechaba la información toponímica que pudiese existir en la cartografía (mapa 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional, planos urbanos y parcelarios, catastro...), o en cualquiera otro artículo o manual, prestando especial atención al Nomenclátor de Galicia. Estos datos se contrastaban con la información recogida en campo.
Para llevar a cabo este trabajo, el PTG estableció los siguientes procesos:
1. Curso de formación metodológica
2. Conocimiento del territorio partiendo de la documentación existente
3. La encuesta de campo
4. Contraste de la información
5. Introducción de los nombres en una base de datos
En el documento adjunto puede verse al por menor como se desarrolla cada uno de los procesos que se realizaban en la labor de campo.