Galicia Nomeada es una plataforma colaborativa para la recogida, georreferenciación y difusión de la microtoponimia gallega y de toda la tradición oral asociada a ella. Esta herramienta informática permite que el voluntariado cultural de Galicia (particulares, asociaciones vecinales y culturales, comunidades de montes, centros de enseñanza, cofradías, entidades públicas y privadas...), desde un PC, tableta o smartphone conectado la internet, puedan aportar los topónimos de su aldea, parroquia o ayuntamiento, según una metodología predefinida.
Galicia Nomeada, junto con el portal Toponimia de Galicia, fueron creados en el ámbito de actuación del Programa de Cooperación Interreg V A España – Portugal (POCTEP 2014-2020), que se incardinan en el proyecto 0358 GEOARPAD "Patrimonio cultural da Eurorrexión Galicia-Norte de Portugal".
Se trata de un proyecto sobre la digitalización de nuestro patrimonio cultural colectivo en el que participaron por parte de Galicia la Secretaría Xeral de Política Lingüística, el Instituto de Estudos do Territorio, la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia y la Real Academia Galega.
La riqueza toponímica de Galicia
Galicia tiene una riqueza excepcional en su toponimia. En su extensión (29.574 Km2), a pesar de ocupar solamente un 6% del territorio de todo el estado, contiene sobre un tercio de las entidades de población de España. Estamos hablando de alrededor de 38.500 nombres de entidades de población que se registran actualmente en el nuevo Nomenclátor de Galicia, obra que está en fase de actualización y aprobación.
Esto en el que respeta a la toponimia mayor, pero cuando hablamos de la menor o microtoponimia, la cifra crece exponencialmente, pues se calcula que podemos salvaguardar más de 2 millones de topónimos vivos en la memoria de los gallegos y gallegas; eso sí, la mayor parte amenazados con el riesgo de desaparecer debido a las transformaciones de los modos de vida tradicionales en nuestra comunidad.
En los años que estuvo activo el Proyecto Toponimia de Galicia (PTG) se recogieron cerca de medio millón de microtopónimos en un 35% del territorio gallego. Pero quedan muchos nombres por registrar, tanto en tierra como en los más de 2.500 km del litoral gallego. Nuestro mar también presenta una enorme riqueza toponímica, fruto de la necesidad de los viejos marineros y mariscadoras de nombrar y marcar aquellos espacios donde desarrollaban su actividad pesquera, un conocimiento del mar muy personalizado del que dependía su sustento económico y su integridad física.
Salvaguardar un patrimonio cultural que desaparece
Todos somos conscientes de que los nombres de las tierras, de los arroyos, de las fuentes, de las peñas... corren un grave riesgo de desaparecer porque la mayoría solo tienen existencia en la memoria de las personas mayores. Las aldeas quedan sin gente; cada vez hay menos personas que vivan de la agricultura y de la ganadería; la actividad pastoril en las sierras está casi desaparecida; el GPS de los barcos sustituye el conocimiento del medio acuático que poseen viejos marineros... Por estos y por otros motivos, cada día desaparecen docenas de topónimos, ya que lo que no se usa acaba por perderse.
En este momento de nuestra historia, en el que tenemos a nuestro alcance el gran potencial que ofrecen las nuevas tecnologías, disponemos de esta aplicación Galicia Nomeada para que todos los gallegos y gallegas podamos aportar nuestro grano de arena registrando y difundiendo en la red este inmenso patrimonio inmaterial que se esconde detrás de los nombres de lugar.
De este modo, los topónimos seguirán cumpliendo su función denominativa para la que fueron creados, pero alcanzarán nuevos usos gracias a las nuevas tecnologías y llegarán a más personas de las que lo hacían a través de la secular transmisión oral.
Toponimia estandarizada
Además, todo esto se hará cumpliendo con la normativa europea INSPIRE para que nuestros topónimos sean interoperables en las infraestructuras de datos espaciales a nivel mundial. Los nombres de lugar, como instrumentos de localización que son, hacen la comunicación más fácil entre las personas, pero esta comunicación debe ser clara, no puede generar ambigüedad o confusión, de ahí la necesidad de ser normalizados respetando los estándares establecidos por las autoridades competentes, esto es el Grupo de Expertos de las Naciones Unidas en Nombres Geográficos (UNGEGN).