Los nombres de las calles sirven para orientarse en las villas y ciudades y también para organizar los territorios urbanos. Los cambios que ocurren en las guías de las calles y las nuevas elecciones de nombres con la expansión de las zonas urbanas obedecen en muchas ocasiones a razones conmemorativas y acaban sepultando los nombres anteriores.
En este volumen se presta atención a todos estos procesos y se ponen el foco en la necesidad de la preservación de la toponimia tradicional por parte de los poderes públicos, en este caso los ayuntamientos, responsables de los nombres urbanos.