Caldas de Reis, El topónimo que nos conecta con nuestro pasado romano y medieval

Son innumerables las ocasiones en que en esta página hemos aludido a la importancia que tiene la toponimia para descubrir la historia del territorio que habitamos. Los nombres de lugar nos dan datos muy importantes para descifrar episodios concretos que nos separan muchos siglos o incluso milenios. El topónimo Caldas de Reis es uno de esos nombres que sirve para arrojar luz sobre el pasado romano y medieval de Galicia.

El primer elemento de este nombre de lugar, Caldas, procede del latín (AQUAS) CALIDAS ‘aguas calientes’, un sintagma que se utilizaba en la antigüedad para nombrar manantiales termales como el que brota en la Fonte das Burgas de Caldas y del que se nutren también los afamados balnearios locales. Gracias a este topónimo actual, Caldas, y a su étimo, (AQUAS) CALIDAS, se pudo identificar un punto estratégico de la Vía XIX, la importante calzada que en la época romana servía para vertebrar el territorio de la Gallaecia y comunicarlo con el resto del Imperio. Existe un amplio consenso en la historiografía en relacionar Caldas de Reis con la mansio -es decir, un lugar de descanso o parada en el camino- que Ptolomeo incluye en su Geografía con el nombre de Aquae Celenae y que también figura en el Itinerario de Antonino (423, 8 - 430, 3) como Aquis Celenis. Estas “aquas” estaban en el territorio de los Celenos, una tribu galaica que Plinio, en su Naturalis Historia (IV, 111 y 112), sitúa al norte del Convento Bracarense y dentro del Convento Lucense, entre los ríos Lérez y Tambre.

Si Caldas nos habla de la historia de la Gallaecia romana, el apelativo del topónimo nos conecta con nuestro esplendor medieval. Cualquier persona ajena a la onomástica puede identificar Reis con la palabra del gallego común rei (‘rey’). Sin embargo, que no nos lleve a engaño su terminación: aunque pudiera parecer que hace referencia a varios monarcas (REGES en latín), en realidad proviene de la forma en nominativo, REX, que al pasar al gallego dio la palabra reis, de forma análoga a lo que sucede con el numeral latino SEX, que dio lugar a seis. Por lo tanto, el topónimo nos informa de la importancia que tuvo este lugar pontevedrés en la vida de un rey, y no de uno cualquiera, pues aquí nació Afonso Reimúndez, quien sería Afonso VII de Galicia desde que fue coronado por el arzobispo Xelmírez en el año 1111. 

Desconocemos cuándo se le añadió el apelativo al topónimo, pero debió de ser antes del siglo XIII: la primera referencia documental al nombre se remonta al año 1214, cuando aparece como Caldas de Rex.

Como podéis ver, Caldas de Reis es un topónimo con mucha historia.
 

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