El municipio ourensano de Baños de Molgas está formado por solo 43 aldeas y 14 parroquias, un número escaso si lo comparamos con los casi 800 lugares y 21 parroquias del municipio coruñés de Ortigueira. Sin embargo, entre estos pocos nombres del municipio molgués observamos varias joyas únicas en toda Galicia: Cachagonza es una de ellas.
A pesar de ser un topónimo que no se repite en todo el territorio gallego, el primer elemento, Cacha-, es común a otros topónimos gallegos, como Cachaldora, Cachalvite, Cachamaría, Cachamuíña, Cachaplaza, Cachapraz, Cacharrequille o Cachaxuás, todos ellos en la provincia de Ourense, a los que debemos sumar un Cacharenzo en la provincia de Pontevedra y tal vez un Cachavella en el municipio coruñés de Oza Cesuras.
Este elemento Cacha-, de difícil interpretación a simple vista, ha sido explicado por diferentes autores desde antiguo. En los años 30 del siglo XX, George Sachs lo relacionó con una raíz gótica gats ‘extranjero’. Defendía su hipótesis a partir de una palatalización GATS > cach-, paralela a lo que ocurrió en el grupo consonántico -ST- latino en su evolución al gallego en las formas verbales de la segunda persona del singular del pretérito de indicativo, AMASTE > amaches. Sin embargo, como bien indica Antón Palacio en su tesis sobre la toponimia del municipio lucense de Pantón, “lo que ocurre en esas formas verbales es que la -i final provoca la palatalización del grupo -st-, lo que no se da en casos como *Kastosind que Sachs supone en la base de Cachouzende”.
Joseph Piel también descartó la hipótesis de George Sachs. Este consideró, en un primer momento, que el elemento Cacha- presente en Cachagonza procedía de una forma latina diminutiva *CASTULU o *CASTLU, diminutivo de CASTRUM. Aunque era semánticamente viable, posteriormente Piel rechazó esta teoría al afirmar que era difícil de justificar desde el punto de vista gramatical. No obstante, propuso su procedencia de un apelativo latino, ausente de los diccionarios, pero relacionado con otros topónimos gallegos, como Cachada, Cachadiña, Cachadela, hipótesis que también acepta Palacio en su estudio sobre la toponimia pantonesa y otros autores como Rivas Quintas. Este último, respecto a un A Cacha Piñeira del municipio de Marín, propone una etimología CAPULO, CAPULARE ‘cortar, dividir en partes’.
Sin embargo, de otra opinión es la académica correspondiente Luz Méndez en su obra sobre la Toponimia de Agolada. Respecto al topónimo Cacharenzo, lugar de la parroquia de San Paio de Bais de este municipio pontevedrés, le parece “razoable pensar tamén nun CASA ARENTIO, dado que non é estraña a evolución do latín CASA a CACHA na toponimia galega”. Y cita, entre otros, el Cachagonza de Baños de Molgas.
Para este caso de Cachagonza, si tenemos en cuenta esta última hipótesis y que el segundo elemento del topónimo, -gonza, sería un antropotopónimo estudiado por los alemanes Piel y Kremer como un derivado de la raíz germánica *gunthi ‘lucha’, Cachagonza sería originalmente la Casa de Guntia.
Bibliografía
- Méndez, Luz (2016): Toponimia de Agolada. A Coruña: Real Academia Galega
- Palacio, Antón (1981) Toponimia del ayuntamiento de Pantón (Lugo) Santiago de Compostela: Universidade de Santiago de Compostela.
- Piel, Joseph M. / Dieter Kremer (1976) Hispano-gotisches Namenbuch. Heidelberg: Carl Winter.
- Rivas Quintas, Elixio (1982): Toponimia de Marín. Verba, Anuario Galego de Filoloxia, Vol. 18.
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