En un ayuntamiento como el de Fisterra, donde el mar es más que una señal de identidad, no es de extrañar que algunos de los nombres de sus entidades de población estén relacionados con las actividades marineras. Sin ir más lejos, tenemos la feligresía de Sardiñeiro, con las localidades de Sardiñeiro de Abaixo y Sardiñeiro de Arriba, cuyo topónimo puede hacer referencia a un lugar abundante en sardinas, que podría estar en la ensenada homónima, o bien referirse a las actividades comerciales relacionadas con este pescado que pudo ejercer uno de sus primeros pobladores. En la feligresía colindante, San Martiño de Duio, está uno de los arenales más concurridos en verano, la playa de Langosteira, donde antaño debió abundar este suculento crustáceo. Sardiñeiros y Langosteiras son dos topónimos que podemos encontrarlos en otras partes de la costa gallega, pero en Fisterra hay un ictiotopónimo (nombre de lugar referido a un pescado) único en todo el país, A Anchoa.
A Anchoa no es una palabra patrimonial del gallego común, a pesar de que está recogida en el Diccionario de la Real Academia Galega con el significado de ‘bocarte en conserva’. José Cornide, en su Ensayo de una historia de los peces y otras producciones marinas de la costa de Galicia, deja constancia que en 1788, año de publicación de la obra, este pescado “llámasele en él país bucareu”, por lo que la entrada de la palabra anchoa pudo ser posterior. La finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, una grande cantidad de industriales y comerciantes de Catalunya se estableció en las costas gallegas con sus industrias conserveras. Con ellos pudo llegar su palabra, anxova en catalán, tal vez con la mediación del castellano.
Sea como fuere, la entrada de este término en el gallego común, lo cierto es lo que el topónimo A Anchoa no es un nombre de lugar patrimonial: no aparece registrado en ningún nomenclátor histórico gallego ni en los catastros anteriores al moderno. Los primeros testimonios del nombre aparecen en la prensa de finales de los años 60 del siglo pasado, donde se hace referencia a “La playa de La Anchoa, también en la entrada de Finisterre, situada al borde de la carretera” (La Voz de Galicia, 7 de octubre de 1966). Si tenemos en cuenta lo que dijimos anteriormente para los lugares de A Langosteira y Sardiñeiro, a priori podríamos pensar que en este lugar de Fisterra pudo haber alguna industria relacionada con la conserva del bocarte y que le acabaría por dar nombre al lugar. Sin embargo, no consta existencia documental de esto último.
Entonces, ¿cuál pudo ser el origen del topónimo? Según la sabiduría popular A Anchoa tiene origen en un establecimiento de hostelería de la zona de la recta de entrada a la población que tenía por costumbre dar con la consumición una tapa de anchoa. Esta, que podría ser una etimología popular, fue corroborada por las personas asistentes a la charla Toponimízate del pasado 10 de octubre de 2022, algunas con la edad suficiente para recordar el nacimiento del topónimo y el local exacto de hostelería, que en épocas pasadas tuvo el nombre pintado en la medianera, como puede verse en la imagen superior. Este hecho pudo incidir también en que se fijara como referente del lugar el nombre del establecimiento. La cuestión es que, con la paulatina construcción de nuevas casas junto con otros establecimientos comerciales y turísticos en esta zona, acabó formándose una nueva entidad de población conocida y registrada oficialmente con este nombre tan singular.
A Anchoa, pues, es un topónimo con poco recurrido vital, algo más de medio siglo, y cuyo referente es un local de hostelería.
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