La mayor parte del léxico gallego está formada por palabras que proceden del latín. Según su entrada en la lengua, hablamos de palabras patrimoniales, que llevan con nosotros desde el origen y sufrieron las evoluciones fonéticas que definen el gallego; y los cultismos, aquellas que fueron incorporadas más tarde por vía culta.
Esta clasificación tradicional del léxico común está también presente en la onomástica y en la toponimia y Broullón o Brollón es una prueba.
Como ya hemos comentado en reiteradas ocasiones en esta página, la etimología popular es un fenómeno lingüístico muy...
La relación entre los escudos de los municipios y la toponimia es muy estrecha. Ambos actúan como símbolos del territorio: mientras el...