El paisaje toponímico de Luísa Villalta: O Gurugú

O Gurugú es el lugar donde “viviu e soñou Luísa Villata”. En el número 6 de la rúa Vila de Laxe “as súas mans modelaron a lingua, os sons, o que había no outro lado da música, na poesía” tal y como sentencia la placa que la Asociación de Escritoras/es en Lingua Galega dispuso al cumprise una década de su triste fallecimiento, en este mismo lugar que la había visto nacer en 1957.

Entre esas dos fechas, 1957 e 2004, transcurrió toda una vida dedicada a la escrita, la docencia, la mmúsica y el compromiso con todas las luchas justas, facetas todas ellas en las que destacó Luísa Villalta, autora homenajeada en este año 2024 en el Día das Letras Galegas.

O Gurugú forma parte del paisaje toponímico de Luísa Villalta; comienzo y fin, por tanto, de sus vivencias. El topónimo Gurugú es una variante, actualmente en retroceso, con la que los coruñeses de mayor edad denominan el barrio de A Falperra. Pero el o topónimo Gurugú original está situado en un macizo montañoso situado a cientos de kilómetros de la ciudad herculina, junto a la ciudade de Melilla. Esta distancia física no impide que un topónimo, el coruñés, sea eco de este otro. 

A comienzos del siglo XX, el Monte Gurugú melillense fue muy sonado por ser uno de los epicentros de la guerra que España mantuvo con Marruecos por el control en el norte de África. El primero de los episodios bélicos de las llamadas “acciones del Gurugú” tuvo lugar en el año 1909, pero también hubo otros episodios posteriores, especialmente en 1921.

Los primeros testimonios escritos que encontramos del Gurugú coruñés coinciden temporalmente con los episodios bélicos del norte de África: por ejemplo, en 1913 se informa en la prensa local de un banquete para recaudar dinero para alimentación de niños que “Se celebrará en el punto denominado "Las lomas de él Gurugú, en la Arrabiada”. La forma “lomas” que acompaña al topónimo también nos está dando una pista: con cierta frecuencia, en la información periodística sobre el conflicto del Gurugú se empleaba este término. Hasta esta fecha, nunca se registra el topónimo en catastros antiguos, como en el de Ensenada, ni en ninguna documentación oficial anterior al siglo XX. 

Ahora bien, ¿cómo es que este topónimo Gurugú acabó trasladándose a A Coruña? Popularmente se intentó relacionar los dos topónimos a través de diferentes leyendas o historias locales. En una de ellas se dice que muchos soldados que regresar del conflicto acabaron asentándose en esta parte de la ciudad, un dato del que, por otra parte, no existen testimonios en la prensa ni pruebas de que sucediera. Cabeza Quiles en su Toponimia de Galicia va en este sentido cuando explica que pudo ser un “topónimo traído a Galicia por combatientes gallegos en la guerra de Marruecos”. 

También se habla de las semejanzas físicas entre los dos Gurugú, dos alturas ubicadas en las cercanías de una ciudad. Recordemos que a comienzos del siglo XX O Gurugú era una colina que comenzaba a habitarse, con una aldea en las cercanías que se llamaba precisamente O Monte, hoy rúa do Monte. 

Sin embargo, juzgamos más apropiada otra de las posibilidades que el propio Cabeza Quiles presenta: se trata de un topónimo gestado en la propia tierra para referirse de forma despreciativa a una de las partes de la ciudad o barrio, tal y como sucedió con otros exónimos de traslado en barrios de A Coruña: Corea, China o Japón son partes del barrio Labañou; y Katanga del Ventorrillo. 

El proceso por lo que se crean estos topónimos despreciativos es que en algún momento concreto acaba identificándose un “problema local propio con un topónimo foráneo”  justo en el momento en que en ese lugar está produciéndose algún tipo de conflicto, especialmente bélico, y la población de ese país es vista como enemiga. Así lo explica también Alfonso Blanco Quintela haciendo referencia a un monte Gurugú que existe en Muros: el topónimo se naturalizó como nombre común como sinónimo de ‘reyerta’ y “así, algúns lugares onde se produciron sucesos violentos acabaron tomando o nome do devandito monte africano”

En efecto, otro de los primeros testimonios del uso de O Gurugú aplicado a esta zona de A Coruña muestra la existencia de cierta conflictividad poblacional

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Gurugu

El uso de la forma de manera espontánea desde 1913 parece indicar que el nombre ya podría circular con normalidad; a partir de ese momento, el topónimo toma relevancia y se traslada a la documentación municipal: en un pleno del ayuntamiento de A Coruña se acordó el estudio de una propuesta presentada por dos concejales “relativa a instalar de los fuentes en la barriada conocida por él Gurugú”

No fue el Gurugú de A Coruña el único ni el primer lugar de Galicia que tuvo este exotopónimo como apodo despreciativo: en Ourense, la “gente maleante” tenía “como puntos de reunión El Gurugu, Marinamansa y Calvos”.Hubo también un Gurugú en Corme del que, infelizmente, hoy no queda rastro.

 

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