Cuando hablamos de Cangas, enseguida recordamos la villa marinera de O Morrazo, capital de la comarca y referente de las costas turísticas del sur del país. Pero Cangas no es un nombre único, pues también hace referencia a otras entidades de población gallegas que encontramos en los ayuntamientos de Oza-Cesuras, Bergondo, Lalín, Pantón o Viveiro; también denomina realidades muy lejanas, como tierras y accidentes costeros; y además no sólo pertenece a nuestro espacio lingüístico: la vecina Asturies también comparte esta particularidad toponímica.
La suma de estas circunstancias explica, en parte, la falta de unanimidad a la hora de encontrar el origen del topónimo. Menéndez Pidal defendió el origen de una base léxica latina CANNICAM, derivada del latín CANNAM, "caña" con un significado metafórico, "garganta" o "valle", que podría servir para explicar algunas realidades que encontramos detrás del topónimo, pero no todas, como As Cangas que existen como accidente costero en Valdoviño.
Por eso, otros autores parten de un étimo celta, CAMBICA, derivado de CAMBOS, "curvo" que, por extensión, haría referencia a valles profundos y/o curvas de ríos. A la cabeza de esta hipótesis está Fernando Cabeza Quiles, quien diferenciaría dos cangas: si la localidad está cerca de la costa, se referirá a una curva marina o entrante del mar; sin embargo, si le da nombre a una localidad de interior, aludirá a curvas fluviales.
Según esta hipótesis, por tanto, habría dos "cangas" diferenciadas, una de mar y otra de tierra.
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