Coia es un gran ejemplo de lo que sucedió con la microtoponimia en entornos urbanos: el desarrollo de la ciudad de Vigo en las últimas décadas ha provocado la pérdida de cientos y cientos de topónimos al ritmo que crecían sus barrios y cambiaba el territorio. Por eso, trabajos como el que hizo Iván Sestay son tan necesarios para recuperar todos los nombres de lugar que cayeron en desuso.
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