Todos los nombres en un discurso: Ana Boullón, nueva académica de la RAG
¿Qué hay detrás del nombre de una persona, de un apellido o de un lugar? ¿Qué nos dicen de nosotros como personas y como sociedad y qué legado nos transmiten estas palabras? A estas y otras preguntas alrededor de nuestra toponimia y de nuestra onomástica intentó darle respuesta Ana Isabel Boullón Agrelo en su discurso de entrada en la RAG cómo académica numeraria.
La profesora de la Universidade de Santiago de Compostela, investigadora de referencia en el campo de la onomástica gallega, miembro del Seminario de Onomástica de la RAG y codirectora de la Colección Terra Nomeada, ingresó el pasado 11 de diciembre en la Real Academia Galega con un solemne acto en su villa natal, A Pobra do Caramiñal, en un atestado Teatro Cine Elma.
Bajo el título de Todos os nomes: identidade, pobo, país, el discurso de Ana Boullón (que puede descargarse en este enlace) profundizó en la vertiente lingüística y en la dimensión social de nombres, apellidos y topónimos.
Después de centrarse en los nombres de personas poniendo el foco en los más frecuentes en la Galicia de la Edad Media, analizó su evolución en las últimas décadas, los factores que influyen en su elección, la difusión y popularización de los nombres exclusivamente gallegos... La perspectiva histórica la aplicó también al caso de los apellidos, deteniéndose en el fenómeno de la castellanización y las trabas administrativas para restaurar las formas deturpadas.
En el apartado del discurso dedicado a la toponimia, tuvo una especial importancia el proceso de deturpación de nuestros nombres de lugar. Para exemplificarlo, mencionó el caso de su villa natal, A Pobra do Caramiñal, donde la restitución de la forma gallega encontró en su momento cierta contestación vecinal:
«O argumento popular non era a defensa da castelanización da toponimia, senón que simplemente “dise Puebla de toda a vida”. Compárase a vida dunha persoa coa vida dunha lingua, coa historia dun pobo que aí habita desde hai moitos séculos. É froito dunha estratexia que se ten chamado “silencio toponímico”: coa retirada da toponimia orixinaria preténdese crear na poboación unha nova percepción da situación lingüística, cultural e política. Os nomes de lugares, como se ve, implican valores e tamén comportan relacións de poder».
Pero además de llegar a convertirse en instrumentos de poder, el discurso de la nueva académica quiso remarcar la importancia de los nombres de lugar como señales de pertenencia a un grupo: "transmitidos oralmente de xeración en xeración durante centos ou milleiros de anos no lugar onde foron creados, representan a parte máis viva do patrimonio cultural humano”. Como recordó Ana Boullón, esta importancia social de la toponimia tradicional como instrumento para la concreción de la denominación geográfica de los territorios fue reconocida por el Congreso de los Diputados en la Ley para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial (10/2015, del 26 de mayo) por iniciativa de la Real Academia Galega y con el apoyo de la Xunta de Galicia.
Hubo también un apartado para recordar la importancia del significado de los nombres y de los topónimos para la comunidad que llega a ser tal que "cando non se coñece, invéntase”. Para Ana Boullón, en esta onomástica popular subyace el papel de las personas como agentes activos no solo de creencias y percepciones, sino también en la creación y promoción de nombres y propone un cambio de perspectiva para descartar la connotación negativa de la onomástica popular.
La nueva académica dejó para el final del discurso la parte más personal y emotiva de la Onomástica al afirmar que la importancia de los nombres radica en que “cada un de nós somos quen de crearmos a nosa biografía xeográfica, individual, familiar e colectiva” con solo citar “nomes e apelidos, hipocorísticos, alcumes, formas de tratamento, topónimos, nomes comerciais, xentilicios festivos, zoónimos”.